miércoles, 18 de enero de 2012

Sobre los acontecimientos de los últimos días

He comprobado, con profundo disgusto, que la prensa internacional en español apenas refleja lo que verdaderamente está pasando en estos días en Rumanía. He encontrado pocas noticias sobre las protestas de Bucarest, pero ninguna en la que se informe de lo que está sucediendo en el resto del país. Es por esto que a continuación reproduzco en castellano un energético y bellísimo artículo escrito por la poetisa y profesora Rita Chirian el pasado lunes.


República de Facebook

Como profesora, formo parte de una organización sindical cuyo poder de representarme se ha limitado, en los últimos años, a la confección de interminables listas de firmas, a cuestionarios e interpelaciones. Cuando firmé en mayo o junio de 2010 a favor de la huelga general de la educación, deseé, como es natural, una vida mejor. El líder sindical de la escuela donde yo enseñaba entonces me dejó caer que la molestia que provocaría afectaría al horario entero, además de que no se me pagarían los días en los que me retrajera a la honorable huelga, además de que..., así que renuncié y sobre aquel gran SÍ se impuso un NO del que me avergoncé.
La enseñanza no se puede movilizar para una acción a gran escala (la mayoría ha pasado por la experiencia de una huelga general anterior, en mis tiempos de estudiante, que no les reportó ningún beneficio evidente, pero que sin embargo sintieron crudamente cuando recibieron el salario). Se trata del instinto de conservación, de la resignación, de la discreción humillada, de la ausencia de unos líderes creíbles.
En los últimos días he encontrado la energía y la furia necesarias para salir a la calle. En Sibiu las manifestaciones espontáneas empezaron el viernes 13. Primero fuimos una decena de hombres, después una centena, hoy hemos sido un millar. Pero he sentido que en el espíritu de estos hombres ha germinado algo parecido a la dignidad. Han entendido que sus voces pueden ser oídas, si no en todo el país, allí donde falsamente se nos cataloga (lo hace Urban en su blog) de “gusanos”, “marginales” y “frustrados”, por lo menos en el espíritu en la prensa internacional, aquella que estaba tan sorprendida por nuestro silencio, tras tantas privaciones y abusos, de nuestra falta de reacción, masa muda y amorfa.
Señor Traian Băsescu, queremos tu dimisión, la dimisión de tu gobierno (¿deberíamos llamarlo, aún así, Gobierno Boc?), queremos elecciones anticipadas, porque nos repugna este país en el que la Constitución son palabras vacías y las leyes tan solo chatarra prendida de la cola de los mortales, queremos decencia y responsabilidad (¿debería hablar de patriotismo o es una noción obsoleta?) en la clase política, queremos la despolitización del sistema sanitario y de educación, queremos que desaparezcan el nepotismo y los incultos, los europarlamentarios xenófobos e histéricos, queremos una política fiscal justa, queremos un sistema que nos asegure la posibilidad de una existencia honrada, queremos respeto.
Señor Traian Băsescu, queremos un sistema de educación que nos eduque, queremos un sistema sanitario que nos sane, una justicia que imparta justicia, es decir, una democracia funcional.
Señor Traian Băsescu, nos disgusta tu actitud de maleante de periferia, vengativa, dictatorial, pérfida, versátil y mentirosa, tan carismática para los que son como tú, y queremos saber que existimos, que Rumanía no significa solamente humillación callada e inepta.
Señor Traian Băsescu, queremos la reforma del estado al frente del que te encuentras, pero nunca pagando con nuestro empobrecimiento, sin arrebatarnos la columna vertebral, sin descerebrarnos.
Nosotros, los de Sibiu, lo hemos dicho, muchos, en la calle. Nos juntamos primero en la República Facebook, después salimos a gritar que Rumanía no es tu cajón de arena.
Permaneceremos allí mucho tiempo, para decirte que la democracia no es una lección muy difícil, ni siquiera para ti.


Traducido por Elena Borrás García

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bravo, Elena, por publicar este texto.
Ya va siendo hora de que en este país, como en tantos otros por otra parte, nos enteremos de lo que pasa en otros países que no son EEUU, Francia, Gran Bretaña o Alemania

Yolanda

Anónimo dijo...

Muy bien el texto!

Lo que pasa es que los gobernantes de PDL no son imbeciles. A contrario, son muy listos pero su intención de destruir lo que queda bueno en Rumania. Para destruir el futuro de un país hay que destruir la educación y la sanidad. Así, la gente es más fácil de manipular, más indefensa, más sumisa y sin poder de oponerse a decisiones impuestas desde fuera. Es una pena que mucha gente aun no realiza el peligro que corremos, porque la estrategia de comunicación de PDL ha sido muy eficaz hasta ahora. Cubrir todos los costes sanitarios después de los 60 en un sistema privado para todos los pensionarios es matemáticamente imposible. Dentro de diez anos ya no habrá sanidad pública y los pensionarios tendrán que morir en casa, pero la gente ya no podrá reaccionar. Es ahora o nunca para hacer algo.